Tras la baja por maternidad y paternidad, que en España duran 16 semanas y 4 semanas, correspondientemente, los adultos responsables tienen que volver a sus puestos de trabajo. Es cuando muchos se plantean quién debe cuidar ahora del bebé en su ausencia y buscar a la persona idónea, tareas en ocasiones compleja.
Por lo general, dejar al bebé con alguien a quien no conocemos genera ciertos sentimientos como desconfianza, ansiedad, tristeza y nervios, asimismo, supone un gasto que no todo el mundo se puede permitir, por lo que a menudo se recurre a personas de confianza (familiares, amigos, vecinos). Sin embargo, esta situación no siempre es así ya que algunos adultos responsables no quieren sobrecargar a los estas personas de su círculo más inmediato y cercano, o bien porque no pueden disponer de esta ayuda (viven lejos o padecen de alguna enfermedad). En estos casos ,no les queda más remedio que buscar otras alternativas como contratar a una cuidadora o llevar al bebé a una guardería.
Independientemente de la opción que se elija, los primeros días suelen ser duros para los adultos, ya que es la primera vez que se produce una separación prolongada del bebé y deben de afrontarla.
A lo largo de las siguientes semanas, vamos a hablar de cada una de estas opciones.
Si os planteáis la opción de la guardería, una de las mayores preocupaciones de los adultos responsables es cómo elegirla, ya que dependiendo de a cual sea influirá en su educación. Aquí os damos algunas claves a tener en cuenta.
• Debemos elegir centros que tengan un plan educativo que potencie las capacidades de los niños desde las edades más tempranas y no meros planteamientos asistenciales.
• El edificio debe contar con pocas plantas y accesos fáciles.
• El patio exterior debería ser de uso exclusivo de la escuela infantil y estar perfectamente vallado.
• Tener una sala interior para actividades diversas: desde los recreos en los días de lluvia a las clases de psicomotricidad, las fiestas del colegio o charlas para los responsables de los alumnos.
• La escuela ha de contar con todas las medidas de seguridad necesarias: enchufes protegidos, interruptores de luz lejos de las manos, topes en las puertas para evitar que puedan pillarse los dedos, etc.
• El aula debe tener luz natural y una correcta ventilación, como con un espacio de sueño apartado de la zona de juego.
• Aseos adaptados al tamaño de los niños y niñas.
En cuanto al personal:
• Los trabajadores que atienden a infantiles de 0-3 años necesitan tener la titulación de educador. Para los 3-6 años, han de ser maestros con la especialidad de Educación Infantil.
• Cada grupo de niños y niñas deberá tener su tutor de referencia, aunque este cuente con la colaboración de otros educadores de apoyo.
• Muchas escuelas infantiles cuentan con Equipos Psicopedagógicos de Atención Temprana. Suelen estar formados por psicólogos, pedagogos, logopedas, maestros y trabajadores sociales. Orientan la labor pedagógica de la escuela y apoyan a los niños y niñas con necesidades educativas especiales, a sus educadores y a sus familias.
• El centro debe contar con posibilidad de horarios ampliados (es decir, asegurarnos de que se ajustan a nuestras necesidades laborales) y cocina propia (suele ser mejor que un catering externo).
Antes de decidirnos, hay que visitar la escuela elegida, preguntar todo lo que nos inquieta, a pesar de parecer pesados. También es fundamental dar la máxima información sobre nuestro hijo/a, para que cuando empiece a ir, ya conozcan y sepan sus costumbres y preferencias.
Una ventaja a la hora de decidirnos por una escuela infantil, es que al ser un centro que esta homologado y cumple todos los requisitos de seguridad, tenemos la certeza de que nuestro hijo/a estará atendido y estimulado por personas cualificadas. Además, se favorece su socialización, se fomenta la relación con otras personas adultos y de su edad.
Como inconvenientes, es que, si el bebé es muy pequeño, lo pasará mal al madrugar y salir de su entorno. También el contacto con otros niños favorece el contagio de infecciones.
Por último, como consejo, comienza poco a poco, llevándole menos horas durante los primeros días contemplando así un periodo de adaptación para todos, ya que los bebés, niños y niñas son muy perceptivos de los sentimientos de sus adultos referentes, siendo importate que estos se sientas tranquilos a la hora de la sepación.
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