Para entender qué es la alergia, la podemos definir como una reacción exagerada del organismo (del sistema inmunitario) que reconoce como extraña y dañina una sustancia que es inofensiva para la mayoría de las personas y que se denomina alérgeno. Esto provoca en el individuo una reacción que desencadena una serie de síntomas característicos, lo que se conoce como reacción alérgica. Cuando un alérgeno penetra en el organismo de un sujeto alérgico, el sistema inmunitario de este responde produciendo una gran cantidad de anticuerpos llamados IgE.
Aunque ese primer contacto no produce en el individuo ningún síntoma, este quedará «sensibilizado» de forma que ante futuros contactos con el mismo alérgeno, se van a liberar una serie de mediadores químicos responsables de los síntomas típicos de una reacción alérgica.
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Aunque ese primer contacto no produce en el individuo ningún síntoma, este quedará «sensibilizado» de forma que ante futuros contactos con el mismo alérgeno, se van a liberar una serie de mediadores químicos responsables de los síntomas típicos de una reacción alérgica.
Hay varios tipos de alergias:
ALERGIAS RESPIRATORIAS
Algunas personas reaccionan fuertemente cuando algún agente externo entra en contacto con su sistema respiratorio, desencadenando su sistema inmunológico síntomas en este sistema, como por ejemplo tos, estornudos….
Dependiendo de la reacción que produzca tu sistema inmunológico puedes sufrir una rinitis o puedes llegar incluso a tener síntomas de asma.
Cuando tenemos síntomas como estornudos, secreción nasal y picor, estaremos ante una rinitis alérgica, es decir, una manifestación alérgica del sistema respiratorio superior.
A) ALERGIAS A LOS ÁCAROS DEL POLVO
Los ácaros son insectos arácnidos que viven en nuestro alrededor y se encuentran en el polvo doméstico. Se alimentan de nuestras células muertas y de cualquier tipo de proteínas del ambiente.
Las especies de ácaros causantes de la mayoría de las alergias son aquellos que podemos encontrar en las viviendas y almacenes.
En las viviendas, los ácaros conviven con el hombre alimentándose principalmente de las descamaciones de su piel. Sus condiciones óptimas de desarrollo son temperaturas elevadas (entre 25 y 30ºC) y humedad.
Por ello, podemos encontrarlos principalmente en los colchones, cojines y sofás. Los síntomas más comunes en las alergias a los ácaros de polvo son rinitis y asma.
ALGUNAS INDICACIONES PARA COMBATIR LOS ÁCAROS DE POLVO EN EL HOGAR SON:
Usar regularmente el aspirador (preferiblemente los dotados con filtro anti-ácaros).
Los sistemas de aire acondicionado deben ser cerrados o dotados con un filtro de aire que deberá cambiarse frecuentemente, al menos cuatro veces al año.
Para no respirar el polvo que se levanta mientras se limpia, tenemos que utilizar un trapo húmedo y usar una mascarilla que proteja boca y nariz.
Evitar todo objeto que pueda atrapar el polvo, sobre todo en el dormitorio. Por ejemplo: moquetas, alfombras, cortinas, tapicerías de tela, objetos decorativos en la pared, tapetes, cuadros y libros.
Utilizar fundas anti ácaros para el colchón y la almohada.
Lavar sábanas y mantas con agua caliente (a más de 50ºC) al menos una vez a la semana.
Reducir la humedad de la casa en lo posible. Puede ser útil el uso de deshumidificadores.
B) ALERGIA AL POLEN
Te damos las recomendaciones que debes conocer para afrontar las alergias y sus efectos en la salud y bienestar, para cuidado de niños y personas mayores.
La alergia al polen es también conocida como «fiebre del heno», la alergia al polen se manifiesta con:
Rinitis: estornudos, secreción nasal, picor y congestión nasal.
Conjuntivitis: enrojecimiento, escozor, hinchazón, lagrimeo y picor ocular.
Los síntomas de la rinitis alérgica se confunden frecuentemente con los de un resfriado, pero como es lógico, los tratamientos para la alergia son muy específicos, por lo que es importante la diferenciación.
ALGUNOS CONSEJOS PARA LOS PERIODOS DE POLINIZACIÓN:
Es importante prevenir el contacto con el alérgeno para disminuir los síntomas de la alergia al polen, especialmente en las épocas de mayor concentración. Para ello hay algunos trucos muy útiles:
Usar humidificadores y aire acondicionado con filtro anti-polen.
Evitar las actividades al aire libre entre las 5 y las 10 de la mañana y entre las 7 y las 10 de la tarde, periodo en el que la concentración de polen es mayor en la atmósfera.
Procura permanecer en espacios cerrados cuando el recuento de pólenes sea alto y especialmente en días de mucho viento.
Usar gafas de sol cuando se salga a la calle para evitar que el polen entre en contacto con los ojos.
En los viajes en coche mantener las ventanas cerradas.
Mantener las ventanas cerradas a primera hora de la mañana y al atardecer (el período de mayor polinización).
Ducharse y cambiarse de ropa al volver a casa (el polen puede haberse depositado sobre el pelo y la ropa).
Ir de vacaciones a sitios y en estaciones donde haya baja concentración de polen.
No colgar la ropa al aire libre para secarla (el polen puede acumularse en ella).
Evitar llevar a cabo actividades que puedan remover partículas de polen, como por ejemplo cortar el césped o barrer la terraza.
No dormir cerca de árboles o plantas.
C) ALERGIA A LOS ANIMALES
Las sustancias derivadas del pelo y la piel de los animales pueden provocar alergias y contrariamente a lo que se piensa, el pelo de los animales no es el principal causante de la alergia, sino las partículas de caspa. Igualmente, la piel de los animales, al ir renovándose, va desprendiendo pequeñas escamas que pueden actuar como alérgenos.
Las reacciones alérgicas pueden comportar los clásicos síntomas respiratorios y oculares, aunque a veces también pueden aparecer manifestaciones cutáneas como erupciones.
Las personas alérgicas a los animales, al respirar las partículas alérgenas (de caspa y piel) pueden notar los síntomas típicos provocados por otros alérgenos ambientales como: rinitis, conjuntivitis y asma
Se manifiestan principalmente como picor de nariz y ojos, estornudos, congestión nasal, mucosidad, lagrimeo, tos, sensación de ahogo y ruidos respiratorios.
Además, el contacto con el pelo del animal, la caspa o la saliva, pueden provocar picor, urticaria o hinchazón en la zona de contacto con la piel o en los párpados.
En algunos casos, pueden producirse reacciones más graves con shock anafiláctico por mordeduras de ratas, hámsters u otros roedores, debido al paso del alérgeno a la circulación sanguínea.
En personas alérgicas a un animal con el que se convive, el contacto diario va produciendo una inflamación progresiva de las vías respiratorias, especialmente de los bronquios.
ALGUNOS CONSEJOS PARA REDUCIR EL RIESGO DE ALERGIAS A ANIMALES:
La consideración más obvia es que si se es alérgico a un animal, lo mejor es no tenerlo cerca, aunque esto no sea siempre posible sobre todo si se trata de un animal doméstico al que se tiene aprecio.
Estos son algunos consejos útiles para reducir el riesgo de sufrir estas reacciones alérgicas:
Evitar tocar al animal y lavarse las manos siempre después de hacerlo.
No dejar al animal entrar en el dormitorio.
Lavar con frecuencia al animal y sus «juguetes».
Ventilar y limpiar la casa con frecuencia, utilizando para la limpieza aspiradores con filtros HEPA.
También podremos usar colirio para reducir el lagrimeo o el picor de ojos que provoca el contacto con el animal.
D) ALERGIA A LOS HONGOS
Aunque se habla muchas veces de alergia a la humedad, lo correcto sería hablar de alergia al moho.
Esto se debe a que las condiciones de elevada humedad, así como la presencia de abundante materia orgánica favorecen el crecimiento de los mohos.
Estos alérgenos pueden provocar reacciones alérgicas que se manifiestan normalmente con síntomas de rinoconjuntivitis (goteo y congestión nasal, picor, lagrimeo, enrojecimiento y picor ocular), los cuales se pueden reducir con algunos productos para la alergia.
CONSEJOS PARA EVITAR REACCIONES ALÉRGICAS DEBIDAS A MOHOS, QUE PUEDEN APARECER POR LA HUMEDAD:
Mantener lo más seco posible el cuarto de baño (duchas, mamparas, toallas…).
Reducir en lo posible los niveles de humedad en la casa (uso de deshumidificadores).
Sacar las bolsas de basura todos los días.
Cambiar con frecuencia los filtros del aire acondicionado.
No dejar alimentos frescos fuera del frigorífico durante mucho tiempo.
Si se tienen plantas en el interior de la casa, vigilar el estado de las hojas y de la tierra, controlando la presencia de putrefacción o formación de hongos.
ALERGIAS ALIMENTARIAS
La alergia a alimentos es una respuesta alterada del sistema inmune frente a la ingestión, contacto o inhalación a un alimento, a un componente/ingrediente o, incluso, a una traza de un alimento.
Las sustancias causantes de las alergias no son los alimentos en sí mismos, sino algunas de las proteínas que forman parte de su composición que se denominan alérgenos.
SÍNTOMAS
Las reacciones adversas ante una alergia alimentaria se producen de forma muy clara, definida e inmediata. Las reacciones alérgicas aparecen en las dos horas siguientes a la ingestión del alimento, generalmente en los primeros 30-60 minutos.
PREVENCIÓN
Consiste en prevenir y evitar el contacto, ingestión o inhalación del alimento o componente del alimento causante de la reacción alérgica o intolerancia.
¿ALERGIA A LOS ALIMENTOS O INTOLERANCIA?
No es lo mismo alergia a los alimentos que intolerancia a los alimentos. La intolerancia es una reacción adversa del propio metabolismo, sin participación del sistema inmunológico, ante la ingestión de un alimento o componente de un alimento. En la mayoría de los casos se debe a alteraciones en la digestión o metabolismo de los alimentos, que por origen genético o adquirido con los años, impiden la digestión, asimilación y aprovechamiento de algunas sustancias que contienen los alimentos.
ALERGIAS A MEDICAMENTOS
En ocasiones, algunos fármacos pueden provocar reacciones alérgicas en algunas personas. Alrededor del 5% de la población sufre este tipo de alergia. Las personas alérgicas deben evitar totalmente los fármacos que les producen alergia e informar al especialista de cualquier otra reacción a medicamentos.
Las alergias a medicamentos se manifiestan frecuentemente con síntomas cutáneos (urticaria) aunque no siempre es así. Los medicamentos que suelen provocar este tipo de reacciones: antibióticos, antiinflamatorios, antiepilépticos, analgésicos para anestesia general y medios de contraste iodados.
ALERGIAS A LAS PICADURAS DE INSECTOS
Los principales insectos causantes de alergias son las abejas y las avispas. Cuando nos pican, inyectan una serie de sustancias tóxicas, que provocan una reacción leve de enrojecimiento en todas las personas, pero que desencadenan la reacción alérgica en las personas alérgicas a las picaduras de ciertos insectos.
Son poco frecuentes, pero pueden desencadenar en un shock anafiláctico grave.
En las alergias por picaduras de insectos, pueden producirse reacciones locales con síntomas como hinchazón, picor y dolor. En casos más graves se producen reacciones sistémicas, en las que estos síntomas se extienden por todo el cuerpo.
ALERGIA AL SOL
La mayoría de las reacciones que produce el sol en nuestra piel no son reacciones alérgicas, sino que se deben a una acción directa del sol que puede provocar quemaduras, erupciones y cambios de pigmentación.
Cuando hablamos de alergia al sol, estamos hablando de una reacción dañina que se produce ante una exposición normal al sol. En muchas ocasiones, se trata de una reacción frente a otro alérgeno pero que necesita de la radiación solar para producirse.
Los síntomas que suelen aparecer como consecuencia de la alergia al sol son síntomas cutáneos: erupciones, eccemas y urticaria.
ALERGIAS AL NÍQUEL
El níquel es un metal muy común y que se utiliza en la fabricación de una gran cantidad de utensilios utilizados diariamente.
La alergia a este metal se manifiesta principalmente con signos de dermatitis (picor y enrojecimiento de la piel).
Algunos elementos que contienen níquel y pueden producir reacciones alérgicas son: monedas, bisutería, relojes, llaves,cremalleras y utensilios de cocina.
También puede encontrarse níquel en algunos alimentos, como por ejemplo tomates y judías.
ALERGIA AL LÁTEX
El látex es un material con múltiples aplicaciones. Podemos encontrarlo en productos muy diversos como tetinas de biberones y chupetes, guantes quirúrgicos, preservativos, gomas de borrar, globos, prendas de vestir…
Las reacciones alérgicas frente al látex se manifiestan principalmente en forma de dermatitis, pero también puede producir rinoconjuntivitis, angioedema, asma o incluso un shock anafiláctico.
Existe una reacción cruzada que se ha denominado como síndrome de alergia a látex-frutas. Debido al parecido entre los alérgenos del látex y de algunas frutas, el organismo de una persona alérgica al látex puede «confundirse» y desencadenar la reacción frente a determinados alimentos.
ALERGIA AL ANISAKIS
El anisakis es un parásito frecuente en muchos pescados marinos.
Los síntomas de la alergia al anisakis son principalmente urticaria y angioedema, dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarreas. En algunos casos, puede llegar a producirse un shock anafiláctico.
El principal consejo para evitar este problema es el tratamiento del pescado previo a su consumo para matar así el parásito, lo que se consigue de dos formas:
Congelando el pescado durante al menos 48 horas antes del consumo.
Cocinar el pescado a temperaturas superiores a 60ºC durante al menos 2 minutos.
Podemos encontrar anisakis en cualquier pescado marino. Algunos de los pescados donde se encuentra con mayor frecuencia son la merluza, bacalao, rape, boquerón, sardina, caballa, bonito…
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