El síndrome del cuidador se puede llegar a producir cuando al cuidar de una persona mayor o dependiente, el cuidador se enfrenta a situaciones que pueden llegar a perjudicar gravemente su salud física y psicológica.
En España, más de 600.000 personas viven solas con algún grado de dependencia. A causa de los recortes, son los familiares quienes se ocupan de ellos en la mayoría de los casos y la Ley de Dependencia no contempla ayudas a la formación.
Cuidar requiere de mucha fortaleza mental, física y emocional. A continuación, presentamos una serie de recomendaciones fundamentales para afrontar ésta tarea de la mejor manera y evitar así el desgaste que pueden llegar a producir determinadas situaciones:
Cuidarse para cuidar: Si el cuidador enferma la persona a su cargo se queda sin atención, por ello es fundamental seguir pautas como visitar de forma periódica al médico, pedir ayuda cuando es necesario o evitar el aislamiento social.
Evitar la sobrecarga: Vigilar el sueño, la alimentación, mantener una actitud positiva, buscar información y dejar que los demás también puedan ayudarle en su tarea.
Fomentar la autonomía del familiar: Cuando esto sea posible, hay que dejar a la persona que se cuida que sea ella misma quien lo realice de forma autónoma. Vestirse, comer o cuidar de su aseo repercuten en la autoestima del familiar y en su salud.
Cuidar las posturas: El cuidador debe ser consciente en todo momento de la postura física que toma cada vez que realiza una tarea como movilizar a su familiar en la cama, pasarlo de la cama a una silla o ayudarle a caminar.
Estar atento a la alimentación: tanto de la persona que cuida como la suya propia. La falta de apetito o la pérdida de peso son indicios de que algo sucede y el cuidador debe saber reconocer estos indicadores para consultarlos con el médico. La dieta es fundamental.
Desarrollar habilidades de comunicación: Existen cuestiones muy prácticas como evitar hablar con el mayor cuando está enfadado o cansado, saber reaccionar ante muestras de agresividad o actuar de forma adecuada ante posibles alucinaciones. Consultar este apartado con un profesional es clave para tomar la actitud más adecuada ante éste tipo de situaciones.
Conocer la medicación y cómo conservarla: El cuidador cuenta con el apoyo de médicos y enfermeros para ayudarle y afrontará mejor las situaciones que se le presenten con el mayor o el dependiente si reúne toda la información necesaria para ello.
Manejar las caídas: Un hogar adaptado evitará muchos de los accidentes comunes y si además el cuidador sabe cómo movilizar al familiar cuando haya sido inevitable su caída, evitará lesiones propias y empeorar las existentes en el mayor.
Estar informado: Conocer las figuras jurídicas para ejercer la tutoría del mayor o cómo acceder a las ayudas administrativas son otra asignatura importante para el cuidador.
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