El cuerpo humano esta recubierto de varias capas, siendo la superior y la expuesta al desgaste de forma continua la dermis, la piel. La sociedad Española de Geriatría y Gerontología hace hincapié en la importancia de cuidar muy bien la piel de nuestros mayores, que se vuelve cada vez más frágil, seca y poco a poco va perdiendo la elasticidad, lo que facilita la aparición de infecciones y otras lesiones como tumores y lesiones por exposición al sol.
Para tener bien cuidada la piel, os dejamos las siguientes recomendaciones, si bien ya ha pasado la época más nociva para nuestra dermis, el sol es muy presente en nuestro país durante todo el año. Asimismo, la temperatura global en España ha subido más de un grado, hay que ser consciente y ser precavidos.
– Tomar el sol con moderación. No deben estar expuestos más de 15 minutos al día, y siempre o antes de las 10:00 o después de las 19:00 horas.
– No broncearse artificialmente. Los conocidos Rayos UVA en cabinas provocan un envejecimiento prematuro y hasta cáncer de piel, pues sus radiaciones penetran de manera más profunda que el bronceado natural.
– Usar protectores solares con factor a partir de 25. Deben aplicarse cada 2 horas, aunque en los envases nos indiquen que son resistentes al agua.
– Hidratarse mediante la ingesta de líquidos (entre 1 y 2 litros al día) y lavarse con agua y jabón. También es importante la temperatura del agua.
– Llevar una dieta sana y equilibrada. Tomar gran cantidad de frutas y verduras, pues son los alimentos que nos aportan las vitaminas más antioxidantes.
– No fumar. La nicotina es nociva para las fibras del colágeno, para las fibras elásticas y para la circulación de la piel.
– Evitar lugares con mucha contaminación, situaciones de estrés e insomnio.
– Revisar a menudo la piel, poniendo especial atención a pecas, manchas y lunares, y comprobar si éstos cambian de tamaño, forma o textura, y también fijándonos en si hay heridas que no terminan de cicatrizar.
No hay que olvidarse que el sol aporta vítamina C, estimula la síntesis de colágeno, aportando firmeza a la piel; y que el cuerpo produce vitamina D cuando la piel se expone al sol. Teniendo estos dos factores presentes disfrutemos del sol con cuidado.
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