Es una enfermedad cerebrovascular producida por una ruptura o bloqueo de los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro, no consiguiendo de ésta manera el flujo de sangre que necesita. Ello provoca que las células nerviosas del área del cerebro afectada no reciban oxígeno, no pudiendo funcionar correctamente y muriendo transcurridos unos minutos.
Presenta una aparición brusca, pero son la consecuencia de una serie de circunstancias personales, ambientales, sociales, etc., a las que denominamos factores de riesgo. Algunos de los factores que pueden aumentar las posibilidades de padecer riesgo no se pueden controlar tales como la edad, la historia clínica familiar, la raza o el sexo. Sin embargo, otros sí que pueden ser cambiados, tratados o modificados tales como la presión sanguínea elevada, fumar, diabetes mellitus, colesterol alto y sobrepeso, enfermedad de la arteria carótida, enfermedad cardiaca, consumo excesivo de alcohol, etc.
El ictus es la segunda causa de muerte en España, la primera entre las mujeres. Afecta cada año a más de 120.000 personas, de los que unos 80.000 fallecen o padecen una discapacidad. Actualmente, más de 300.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional tras haber sufrido un ictus. Y sin embargo esta enfermedad es una gran desconocida.
Datos de un estudio presentado por la Sociedad Española de Neurología indican que un 63,5% de la población no es capaz de identificar ningún síntoma de ictus y menos de un 50% llamaría a los servicios de emergencia o acudiría a un hospital. Son sus síntomas los siguientes:
• Confusión repentina, dificultad para hablar o para entender.
• Repentina dificultad para andar, mareo, pérdida de equilibrio o coordinación
• Problemas repentinos para ver en uno o los dos ojos
• Dolor de cabeza repentino
• Pérdida de memoria
• Parálisis del lado derecho del cuerpo o del izquierdo
• Problemas del habla o del lenguaje (si la parte afectada es la izquierda del cerebro)
• Comportamiento cauto, enlentecido (si la parte afectada es la izquierda del cerebro)
• Comportamiento inquisitivo, acelerado (si la parte afectada es la derecha del cerebro
Ante la primera sospecha es necesario llamar inmediatamente al 112 o al 061 y acudir rápidamente al neurólogo, aunque los síntomas desaparezcan a los pocos minutos.
En cuanto al tratamiento es necesario un programa de rehabilitación interdisciplinaria, que atienda tanto los aspectos motores como los relacionados con el habla, los trastornos visuales, las actividades de la vida diaria y las secuelas incapacitantes.
La importancia de la prevención:
• Lo fundamental es controlar los factores de riesgo asociados: la tensión arterial, el colesterol y la diabetes.
• Evitar tabaco y alcohol.
• Hacer vida sana: ejercicio físico, dieta saludable rica en verduras, frutas, proteínas, con poca sal y evitando elevadas cantidades de grasas saturadas y carbohidratos (azúcares y harinas).
• Seguir las recomendaciones del médico de cabecera, quien tiene acceso a la información pertinente relacionada con la salud de cada individuo.
• Evitar el sobrepeso.
• Evitar deportes de contacto o sobreesfuerzos.
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