NUESTRO FAMILIAR DEPENDIENTE SE VIENE CON NOSOTROS
¿Y si nos planteasemos como posibilidad irnos de vacaciones con nuestro familiar dependiente o con necesidades especiales de vacaciones? ¿es posible? ¿que debo tener en cuenta? ¿será bueno para él?
Abordemos el momento de tomar decisiones a la hora de las vacaciones de verano, contemplando la posibilidad de que nuestro familiar aunque requiera de cuidados nos acompañe durante esos días.
Para tomar esta decisión, hay que tener una serie de factores en cuenta:
En primer lugar, tenemos que asegurarnos de que esta opción es viable. Debemos evaluar el estado de salud y anímico en el que se encuentra dicha persona. No debemos forzar un viaje. Puede ser muy beneficioso siempre y cuando las condiciones sean adecuadas, no obstante, también podría resultar muy contraproducente si no podemos hacer frente a sus cuidados en el destino vacacional o las condiciones del destino no son las más óptimas para la comidad de la persona dependiente.
En segundo lugar, es fundamental tener en cuenta su opinión, no obligarles. Cuando alguien se siente que pudiese ser algún tipo de carga hacia un otro, se muestra reticente, evitativo e incluso a la defensiva; esto puede revertirse si le hacen sentir parte de esa planificación con ilusión, integrándole y considerando sus gustos y posibilidades.
(Dichas indicaciones hacen referencias a personas con capacidad para decidir).
Por útlimo, también es importante que todos los miembros de la familia estén de acuerdo. Se trata de que todos disfruten por igual y sean días de su agrado. Es por ello que, todos deben ser consciente de las necesidades, cuidados y ritmos en el desarrollo de cualquier actividad que la persona dependiente va a requerir con la finalidad de preparar los tiempos acordes para el buen uso del tiempo.
Una vez que se ha decidido que efectivamente es viable y todos desean irse de vacaciones en conjunto, es crucial saber elegir el lugar donde pasar los días de descanso:
• Buena accesibilidad del lugar, para que le sea fácil desplazarse
• Que tengamos un centro sanitario cerca ( ante cualquier emergencia sanitaria)
• Que pueda realizar actividades en familia. Hacerle partícipe del disfrute de todos entregandoles acogida.
• Que no sea un lugar excesivamente caluroso (peligro de golpes de calor)
• Que no haya que desplazarse demasiados kilómetros. Los viajes largos no son recomendables por el agotamiento que les supone.
En ocasiones, las familias que optan por esta opción, prefieren que un profesional de atención a la dependencia les acompañe para poder atender las necesidades de su familiar que ellos no están preparados para realizar. Valoren la posibilidad de dicha modalidad también.
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