La importancia de la autonomía
A medida que avanza la edad avanzan las limitaciones, si a ello le sumamos enfermedades degenerativas y/o la delegación de las distintas actividades de la vida diaria, se puede caer en ser una persona más dependiente de lo que realmente puede ser.
En ocasiones, se confunde la palabra cuidar o atender con acciones que de un modo u otro tienen resultados más lindantes a sobreproteger, limitar, relegar, etc. Es fundamental respetar los tiempos en que una persona es capaz de realizar tareas, lo importante es su realización no el tiempo en que lo realice, pues el desarrollo de una actividad es lo que mantiene activo a la persona a nivel motor, cognitivo y socio-afectivo.
Si bien las personas dependientes o con limitaciones requieren de ayuda y la solicitan, es el deber del cuidador valorar si lo solicitado es inalcanzable por este, ya que su deber es apoyarle en la actividad mientras pueda y hasta donde pueda.
Por ejemplo: si el usuario debe de entregar una documentación en alguna institución, domicilio u otro, y tiene capacidad para ello.
En el caso, de ser posible que la persona dependiente pueda acceder al lugar donde debe de realizar la entrega, es deber del cuidador facilitarle tal actividad, usando el medio que requieran, ya sea silla de ruedas, andador para que se sienta más seguro, etc. Tenga en cuenta, si el tiempo que vayan a requerir será extenso, prevéanlo con la finalidad de no presionar o apresurar a la persona dependiente. No obstante, si por condiciones del temporal de dicho día, es riesgoso que la persona dependiente salga del domicilio (posible caída por resbalón, frío, humedad, etc.), el cuidador deberá de evaluar si pueden ir otro día o por el contrario debe de entregarlo el mismo o un tercero.
Con el ejemplo anterior, queremos que puedan pensar y reflexionar que el cuidador también tiene el deber de valorar sus acciones y las acciones del que atiende. El cuidador debe de generar actos que mantengan la mayor autonomía posible a las personas dependientes o aquellas que requieran de apoyo. Hay que tener presente cuatro cosas: reconocer de forma verbal las habilidades y fortalezas que son presentes en la persona que requiere de atención, no realizar tareas que pueda realizar el otro, llamar la atención cuando sobrepasan sus límites poniéndose en riesgo al realizar una acción, y establecer hábitos que nos permitan evaluar el deterioro con el paso del tiempo, reformulando las actividades o acciones.
No existe una guía para todos, cada persona es distinta, tiene un carácter distinto, una afectación distinta y una vivencia de sus limitaciones distinta. Es por ello, que debemos de prestar atención al progreso individual de cada uno, no podemos sobreentender que lo que a una persona le sirve, le hace bien o genera bienestar debe de producirle lo mismo a otro. Hay que conocer la individualidad de cada uno, fomentar la autonomía, y por ende, el autoestima, de las personas que requieren de apoyo para el desarrollo de las actividades de la vida diaria. La actividad nos muestra de forma tangible que tanto somos capaces y de lo que podemos sentir orgullo de poder continuar haciendo sea cual sea la acción.
Asistalia Contigo cuenta con profesionales para atender y cuidar a sus familiares bajo una perspectiva del fomento de la autonomía y autoestima de las personas que requieren de apoyo para su bienestar. Consúltanos gratuitamente y sin compromiso al 912 207 912, o visita nuestras oficinas en Sánchez Pacheco, 17 – local.