¿Qué es el mindfulness?
Se trata de aprender a tener una atención consciente en las acciones de la vida, es una práctica cuyo fin es prestar atención a las experiencias en el momento presente. En nuestro día a día realizamos miles de tareas de forma automática. Si te preguntases ¿con qué pie entras a la ducha? o ¿qué mano usas para arroparte? O incluso ¿qué haces cuando esperas en el andén del metro? ¿lo sabrías?
Tenemos poca conciencia de los pequeños o grandes detalles de nuestras acciones (que hacemos, que sentimos, que pensamos y que inicia la acción). Esto produce un mínimo conocimiento de cómo actuamos y porque actuamos de tal modo. En personas con alguna enfermedad o dolor pueden llegar a realizar actos que disminuyan dicho dolor de algún modo, por ejemplo, cambio postural, siendo una acción que solo repiten porque sienten mayor placer, pero sin ser conscientes, solo por evitar la sensación desagradable.
Hay que aclarar que, como el dolor o enfermedad, son circunstancias que no se pueden cambiar, lo importante es poder darnos cuenta de cómo respondemos y desarrollar estrategias que nos ayuden, y que, a su vez, modulen la relación que tenemos con dicha situación, patología o sufrimiento.
¿Cómo se hace?
Existe prácticas individuales al igual que se pueden realizar prácticas en conjunto. Nos vamos a detener en cómo realizar esta segunda.
Si eres cuidador de una persona dependiente, se puede realizar una atención compartida. La atención compartida es un ejercicio de comunicación, el propósito es superar el estrés y sostener un afecto más genuino tanto con uno mismo como con los demás. Se trata de facilitar que un otro tenga una orientación para ser consciente de lo que esté viviendo, sentir lo que siente cuando realiza la acción y cómo la realiza.
Se debe de comenzar con ejercicios de unos minutos, quizás con tan sólo tres es suficiente. Parece quizás que es demasiado poco, consideremos que es el inicio. Debemos de pensar en una actividad que realizamos a diario que sea placentera (comer, asearse, darse crema, cepillarse los dientes, preparar el café, ect.). Posteriormente, nos fijamos que parte del cuerpo es la que se activa, se usa para realizar la acción.
Ejemplos:
Si nos cepillamos los dientes, fijarnos en que mano usamos, cómo y cuanta cantidad se hecha de pasta de dientes, si la pasta de dientes está fría, cómo huele, sentir como nos cepillamos, cuantos movimientos se realizan, hasta donde y cómo, qué sensación produce durante y post del cepillado.
Cuando vamos de paseo, fijarnos en las pisadas si son fuertes, con que pie, sí el suelo es liso, si existe velocidad, si se siente las piedras que se encuentran, ect.
La práctica de mindfulness se realiza con la intencionalidad de no pasar por desapercibido ningún acto, acción y sensación, sino valorar, sentir y ser consciente de lo que sí se realiza o se vive. Posterior a fijarnos en cómo realizamos la tarea, debemos de darnos cuenta de lo que nos produce hacerlo y ponerle un significado a la acción/sensación. Lo anterior, permite ser consciente del ahora, del presente, no hay un debería/podría o debí/pude. Sí se realiza, sí soy consciente, sí lo vivo.
Si desean tener más información o ejemplos pueden encontrarlo en https://www.laatencionalpresente.com/manual-de-ejercicios-para-la-atencion-compartida/.
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